Cuento de Cheyenne: La chica que se casó con un perro

los Cheyennes son una nación nativa americana de las Grandes Llanuras, aliados cercanos de los Arapahos y generalmente aliados de los Lakotas (siux). Son una de las tribus más famosas e importantes de las Llanuras. Aquí está su historia: La chica que se casó con un perro.

La chica que se casó con un perro

Un jefe tenía una hija muy guapa. Tenía muchos admiradores. Por la noche la visitó un joven, pero ella no sabía quién era. Ella se preocupó por esto y decidió descubrirlo. Puso pintura roja cerca de su cama. Cuando él se arrastró sobre su cama, ella metió la mano en la pintura. Cuando se abrazaron, ella le dejó marcas rojas en la espalda.

They next day she told her father to call all the young men to a dance in front of his tent. They all came, and the whole village turned out to see them. She watched all that came, looking for the red marks she had made. As she turned about, she caught sight of one her father’s dogs with red marks on his back. This made her so unhappy and she went straight into her tent. This broke up the dance.

Al día siguiente fue al bosque cerca del campamento y llevó al perro atado a una cuerda. Ella lo golpeó. Finalmente se soltó. Estaba muy infeliz y varios meses después dio a luz siete cachorros. Le dijo a su madre que los matara, pero su madre fue amable con ellos y les hizo un pequeño refugio. Comenzaron a crecer y, a veces, por las noches, el perro viejo se acercaba a ellos. Después de un tiempo, la mujer empezó a interesarse por ellos y en ocasiones jugaba con ellos. Cuando crecieron lo suficiente para correr, vino el perro viejo y se los llevó.

When the woman went to see them in the morning, they were gone. She saw the large dog’s tracks and several little ones, and followed them at a distance. She was sad and cried. She returned to her mother and said, "Mother, make me seven pairs of moccasins. I am going to follow the little ones, searching for them." Her mother made seven pairs of moccasins, and the woman started out, tracking them all the way. Finally, in a distance, she saw a tent. The youngest one came to her and said, "Mother, Father wants you to go back. We are going home. You cannot come." She said, "No!" Wherever you go, I go" She took the little one and carried him to the tent. She entered and saw a young man, who took no notice of her. He gave her a little meat and drink, which did not grow less no matter how much she ate. She tied the little pup to her belt with a string. Next morning, she was left alone and the tent had vanished. She followed the tracks and again came upon them. Four times this happened in the same way. But the fourth time the tracks stopped.

Ella miró hacia el cielo. Allí vio a sus siete cachorros. Se habían convertido en siete estrellas, las Pléyades.