Leyendas de Madrid

Leyendas de Madrid

Aquí hay varios leyendas de Madrid: el fantasma del Palacio de Linares, el leyenda del soldado, Calle de la Cabeza, el rinoceronte de Calle Abada

Leyendas madrileñas

El fantasma del Palacio de Linares

Es una de las leyendas más conocidas del Madrid. Habla del trágico amor de José de Murga y Raimunda Osorio. El primero era hijo de un financiero, y la joven era fruto de una relación extramatrimonial del mismo hombre. Entonces eran hermano y hermana. Al enterarse de su relación, el padre hizo todo lo posible para separarlos y a su muerte, le explicó en una carta a José el motivo de sus acciones. Sin embargo, la pareja ya se había casado.

Conscientes de su pecado incestuoso, pidieron a Pío IX una bula papal, que les permitiera vivir juntos, pero en castidad. Sin embargo, de su unión ya consumada nació Raimundita. La pareja decidió entonces matar a su propia hija y enterrarla en el palacio. Desde entonces, el fantasma de la pequeña deambula por el Palacio de Linares situado en la Plaza Cibeles y que alberga la actual Casa de América, llorando, gritando o tarareando canciones infantiles.

La leyenda del soldado.

La leyenda del soldado es otro de los cuentos más famosos de Madrid. Un soldado se enamoró perdidamente de una bella joven, Almudena, que quería ser monja y acudía todos los días al Oratorio del Caballero de Gracia en la calle del Caballero de Gracia, 5. Locamente enamorado de ella, el soldado la siguió. ella en todas partes, día y noche.

Ante la negativa categórica de la joven, decidió vengarse, pensando que entrar en el convento era el verdadero motivo. Asesinó a la joven, le cortó la cabeza y se la entregó a la madre superiora del monasterio, diciéndole: “Madre, ella es Almudena”. Posteriormente fue ahorcado por este crimen.

calle de la cabeza

Cuenta la leyenda que en una casa situada en la calle de la Cabeza cerca de Tirso de Molina, un criado portugués le cortó la cabeza a su amo, un sacerdote, para robarle todo su oro antes de huir. Al no dejar ninguna pista detrás de él, el sirviente no fue acusado y el crimen fue desestimado. Años más tarde, el hombre, convertido en un rico aristócrata, regresó a Madrid y, mientras paseaba por el Rastro, decidió comprarse una cabeza de carnero para cenar.

Al meterlo debajo de su abrigo, el hombre dejó un rastro de sangre en el camino hacia su casa, lo que llamó la atención de un guardia, quien le preguntó qué escondía. El exsirviente accedió a mostrarle la cabeza del animal, pero en lugar de mostrarle la cabeza del animal muerto, le reveló la cabeza del religioso asesinado. Detenido, fue inmediatamente ahorcado.

El rinoceronte de la calle Abada

Cerca del Callao se puede ver un rinoceronte en la placa de la calle Abada. ¿Conoces su origen? Esta historia se remonta al siglo XVI y fue uno de los mayores atractivos de la época. El animal fue traído por comerciantes portugueses pero un joven le dio un panecillo recién horneado y el rinoceronte, quemado y asustado, lo despedazó. Luego, el animal escapó y en su huida, según todavía cuenta la leyenda, mató a una veintena de personas antes de ser capturado.

Sin embargo, existe una segunda versión de esta historia, que dice que el animal fue un regalo del gobernador portugués de Java al rey Felipe II pero cuando los madrileños conocieron las supuestas virtudes afrodisíacas de su cuerno, el animal fue envenenado y su apéndice, robado.