El mendigo

Está muy extendido por todas partes leyenda de Jesús disfrazado de mendigo, llamando a la puerta del primero que llega y castigando o premiando a un invitado, según sea mal o bien recibido por él.

El mendigo

El mendigo

Jacinto Verdaguer dice que en Barbazan, en el Cataluña, un mendigo llegó durante una noche tormentosa y, yendo de puerta en puerta, buscó un hospedaje para pasar la noche al abrigo del viento y la lluvia; por todas partes lo empujaban y empezaba a creer que no encontraría ni una sola alma compasiva, cuando llamando a la última puerta del pueblo, fue recibido por dos bravos campesinos que le dieron de comer y le prepararon un buen fuego.

El mendigo no era otro que Jesús. Destruyó la aldea inhóspita, respetando la única casa donde había recibido una buena acogida. Un lago ocupa hoy el lugar del pueblo de Barbazan (recuerdo de la triste aventura de Sodoma y Gomorra). En Rosellón contamos muchas leyendas De este genero.

Por ejemplo, este.

Un pobre desgraciado iba un día por el campo buscando refugio del mal tiempo. Iba andando, andaba todavía, cuando llegó a un pueblo: bastante avergonzado llamó a la puerta de una casa rica. La señora de la casa era una ama de casa malvada; ella hubiera despedido al pobre hombre si no hubiera sido por la intervención del marido, quien siendo más compasivo, lo hizo tender sobre un montón de paja, debajo de las escaleras, en la perrera.

Pero la señora fue presa durante la noche de violentos dolores en el estómago y nos vimos obligados a ir a buscar al mejor médico del pueblo; Mientras la atendían, su esposo fue a preguntar por el mendigo, lo llevó al fuego y le contó la enfermedad de su esposa. El mendigo entonces dio tres patadas, diciendo: "Dolor de estómago, métete en la tierra, es Nuestro Señor quien lo ordena". Inmediatamente el paciente se curó.

El anfitrión se postró a los pies del mendigo, que no era otro que Nuestro Señor en persona, y le agradeció este milagro. Pero Nuestro Señor lo levantó y le dijo que este milagro debería enseñar a su esposa a tener piedad de los pobres que piden caridad.