Cuento Tokelau: Matilafoafoa

Matilafoafoa, el rey de los cielos (tupu o lunga) vio a una mujer desde su lugar en el cielo. Ella estaba recogiendo basura en la tierra de abajo. Matilafoafoa cantó: “Soy rey arriba y abajo. Que venga un viento y me lleve a la mujer de abajo. Inmediatamente vino un viento y una fuerte lluvia y lo llevaron a tierra y lo pusieron junto a una mujer llamada Sina. 

Se volvió hacia Matilafoafoa y le preguntó: "¿Quién eres, un hombre o un dios?" Matilafoafoa respondió: “Soy un hombre”. Se quedó con Sina en la tierra hasta que quedó embarazada. Luego deseó regresar a su hogar en los cielos. Cuando dejó a su esposa le dijo que si ella daba a luz un hijo, debía llamarlo Limaleimakoloa.

Sina más tarde dio a luz a un hijo y lo nombró como su padre había deseado. No mucho después de que Matilafoafoa se fuera, Sina se casó con Punga, y con él tuvo muchos hijos. Punga iba a pescar todos los días, y cuando varaba su canoa a la vuelta por la tarde, todos sus propios hijos corrían a llevarle el pescado; pero echaron de Limaleimakoloa, porque Punga no era su padre.

Limaleimakoloa, enojado por las burlas de los otros niños, le preguntó a su madre por qué Punga no era su padre. Sina le dijo que Matilafoafoa era su padre y lo envió con su padre en el cielo, pero Punga lo llamó. Limaleimakoloa le gritó: “Punga, te gustan tus propios hijos pero no me amas”, y siguió su camino.

Durante el viaje, Limaleimakoloa se encontró con muchos espíritus y criaturas malvadas que intentaron impedirle llegar al cielo. Tan pronto como el muchacho les dijo que él era el hijo del rey del cielo, huyeron de él. Más allá de estos seres se encontró con dos mujeres, Limalei y Makoloa, hermanas del rey del cielo, quienes lo golpearon y le cortaron la carne. 

Cuando llegó a Matilafoafoa, le contó el trato que había recibido de las dos hermanas de su padre. Matilafoafoa envió por estas dos mujeres y las mató. Luego tomó al hijo de Sina y lo puso en su propio lugar alto.