El Calvario del siglo XVI, conservado en el Museo de Arqueología de la ciudad de Barcelos, está asociado a la curiosa leyenda del gallo de Barcelos, símbolo de esta ciudad.
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PalancaGallo de Barcelos
Según esta leyenda, un día se cometió un crimen en este pueblo. Sin embargo, el culpable no fue encontrado, y los habitantes de Barcelos estaban intrigados por esto. Esta historia los preocupó y aterrorizó.
Un día apareció en la ciudad un hombre de Galicia, sobre quien, por alguna razón desconocida, cayó de inmediato la sospecha. Las autoridades lo arrestaron sin pruebas. El hombre protestó en vano y proclamó su inocencia, nada ayudó.
Nadie quiso creer que este hombre iba a Santiago de Compostela a cumplir un deseo, pues era un ferviente adorador del santo que se veneraba en Compostela, así como de San Pablo y de la Virgen. ¡El hombre estaba condenado a ser ahorcado!
Mientras lo llevaban a la horca, pidió que lo llevaran ante el juez que lo había condenado. Se concedió el permiso y se llevó a la residencia del magistrado, que estaba celebrando un banquete con unos amigos.
El acusado volvió a afirmar su inocencia y ante la incredulidad de los asistentes, mostró un gallo asado que estaba sobre la mesa y exclamó: <>.
Esta declaración solo provocó carcajadas en toda la audiencia; pero nadie tocó el gallo asado, que quedó entero en su plato. Luego, el hombre fue arrastrado a la horca.
¡Y sucedió lo que parecía imposible! Cuando el peregrino estaba a punto de ser ahorcado, el gallo asado se puso de pie sobre la mesa y cantó. El juez y sus invitados se quedaron estupefactos. Ya nadie dudaba de la inocencia del condenado. El juez corrió a la horca y cuál fue su asombro cuando vio al pobre hombre con la soga alrededor del cuello, ¡pero el nudo se negaba absolutamente a apretar!
Fue liberado inmediatamente y enviado de regreso en paz. Unos años más tarde volvió a Barcelos, donde erigió un monumento en homenaje a la Virgen y Santiago.
Portugal adoptó como símbolo el gallo de Barcelos, sin duda porque simbolizaba una historia moral, optimista y justa.