Aquí está la historia de amor contada de los almendros. Un día en el sur de portugal, en el algarve, un rey se enamoró de una chica del norte de europa. Este amor era recíproco y el rey le ofreció venir a vivir al Algarve, donde los inviernos serían más templados. Los años pasaban y la felicidad parecía permanecer...
Los almendros del Algarve
Sin embargo, en el rostro de la princesa a veces se podía adivinar un aire de tristeza. El Rey se dio cuenta de esto y trató de entender qué la molestaba a veces.
De hecho, le faltaba algo. Efectivamente, la joven procedía de un país nórdico ya la larga echaba de menos la blancura de las alfombras de nieve.
El rey decidió entonces, para que la felicidad fuera perfecta, plantar inmediatamente miles de almendros por todo el Algarve. Así, tan pronto como los almendros estaban en flor, su belleza pudo admirar esta magnífica y gigantesca extensión blanca, formada por las flores de los almendros, recordándole las nieves de su país natal.
C’est ce qui fut fait ! Partout, des milliers de fleurs blanches, dès le mois de janvier, recouvrirent l’algarve d’un fabuleux tapis blanc, ce qui rendit le sourire a la princesse.
Es por ello que el Algarve es hoy el reino de los almendros.