En la antigüedad, dos hermanos gigantes vivían en las Tierras Altas de Altai. El hermano menor tenía dombra y le gustaba mucho jugarlo. Se olvidó de todo en el mundo cuando empezó a tocar la dombra. El hermano mayor era orgulloso y vanidoso. Una vez quiso hacerse famoso y decidió construir un puente sobre el río rápido y frío. Empezó a recoger piedras y a construir el puente. Y el hermano menor siguió tocando la dombra.
Así pasaron los días. El hermano menor no ayudaba al mayor, solo tocaba su instrumento favorito. El hermano mayor se enojó; arrebató la dombra de las manos de su hermano y la estrelló contra la roca. El magnífico instrumento se rompió y la música se detuvo, pero en la piedra quedó la huella. Han pasado muchos años. La gente encontró este sello y comenzó a hacer dombras nuevas, y la música, que había estado en silencio durante mucho tiempo, volvió a sonar.
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