Cuento Ojibwe: Princesa de la niebla

El término Ojibwe proviene de Utchibou, nombre dado al XVIImi siglo a un grupo que vivía al norte de lo que ahora es Sault Ste. Marie, Ontario Aquí está una de sus historias: Princesa de la niebla.

los Ojibway formaban parte de una serie de grupos muy cercanos, pero distintos, que ocupaban un territorio ubicado entre el noreste de la bahía georgiano y el este del Lago Superior. Estos pueblos que se reunieron cerca de la actual Sault Ste. María también se llaman Saulteaux, un término que hoy se refiere principalmente a los pueblos Ojibway del noroeste de Ontario y el sureste de Manitoba.

Ojibway Princesa de la niebla

princesa de la niebla

Más encantador que el agua que corre y se arremolina y el cristal
La niebla tachonada que se eleva desde el gran desfiladero, es la historia de una hermosa princesa india.

Un cacique amante de la paz, Oso Blanco, del campamento Ojibway,
aprendí el siux estaban a punto de destruir a su tribu. demasiado viejo para ir
luchar contra sí mismo, la angustia del anciano jefe llevó a su hija, la princesa
Manto Verde, para lema de un plan.

La Princesa remó en su canoa por el Kaministiquia arriba, hasta un punto
muy por encima de la cascada. Caminó audazmente hacia el campamento de su
enemigos y enseguida la capturaron y planearon ponerla a
muerte. Fingiendo estar perdida y asustada, negoció con
les perdonó la vida a cambio de llevarlos al campamento de su padre.

Los sioux accedieron y a la mañana siguiente la joven princesa fue
colocado en la canoa de plomo y la gran banda de Sioux, con su
canoas amarradas, partieron hacia el campamento Ojibway. Manto Verde
no les habló de las cataratas, y mientras doblaban rápidamente la curva
del río, se sumergieron en el gran desfiladero. Junto con
Guerreros sioux, la princesa perdió la vida, pero su tribu se salvó
la tortura de la más temida de todas las tribus. El Gran Manitú
miró con benevolencia la valiente acción de la princesa.

Hoy, si uno camina por la orilla del río hasta la punta de las cataratas,
la figura de Manto Verde se puede ver en la niebla, de pie como
un monumento a la memoria de la valiente princesa que le dio
vida para su pueblo.