Murió Conan Meriadoch, primer rey de Bretaña Armoricane y fue enterrado en la ciudad real de Legionense, a la que luego sucedió Grallons antes duque de la provincia de Cornualles, y fue rey en su lugar.
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PalancaRey Grallón
De lo cual relata la historia S. Ronan, quien una vez cruzó el mar con la parte superior, dice que Conan Meriadoch llegó a Armórica y residió primero en Legionense, luego en Cornualles en el gran fuerte de Memet.
Y dice que aquel Grallons que en tiempos del dicho Ronan ostentaba la monarquía del Bretones, por su propia voluntad voluntariamente donde predicó y que habló muy intensamente con hombres religiosos y devotos: también dijo que amaba perseverantemente la justicia y la verdad y que era un oyente muy bondadoso de los pupilos y las viudas, apoyo de los oprimidos. , dador a los indigentes de sus necesidades, inagotable operador de buenas obras, pilar de las Iglesias, y sin duda muy buen cristiano.
Y como el adversario de la naturaleza humana golpeó por su astucia que roy Grallons siempre aprovechó para la doctrina de Ronan, pensó en extinguir su fama ja ventilada por las provincias: y las acusó por una mujer llamada Keban, de haberle robado a su hija . Pero el fraude de Keban fue conocido con aprensión en presencia del rey, y la hija de San Ronan resucitó de la muerte, que por el pecado de la madre se extinguió.
Grallons también había conocido al benoist Corentin, en el leyenda de lo cual se contenta que un día Grallons estaba atormentado por el trabajo de la caza y por necesidad se obligó a entretenerse y alojarse en Ploemodiern, un lugar donde Corentin estaba solo: dicho Corentin que no tenía nada más que presentarle dispuso el rey una ración de pescado que dio de comer en la fuente, cuya ración cocida sobreabundaba tanto que de ella se alimentaba el rey y toda su familia.
Y cuando el rey golpeó este hecho admirable, y vio el pez sano y entero nadando junto a la fuente, honró a San Corentin más profundamente, y le dio su palacio en su salón real llamado Kemper, con los bosques y la tierra alrededor, con lo cual Corentin colocó la sede episcopal de los Corisopitenses, pues poco tiempo después fue consagrado su obispo por San Martín, y su gran ciudad de Ys.
Situado cerca del gran mar, si, como dicen, estaba en ese tiempo por los pecados de los habitantes sumergidos por las aguas que subían de ese mar que excedía sus límites; cuya sumersión escapó milagrosamente el rey Grallons que entonces estaba en aquella ciudad, es de saber por el mérito de san Guingalreus, del cual se conmueve cy después. Y se dice que aún se aprecian sus vestigios en la orilla de este mar que del antiguo nombre de la ciudad se llama hasta ahora Ys.
Y de ese hombre santo Guingalreus que salvó a Grallons de dicho peligro se encuentra en es Chronicques & Leyendas de una abadía muy antigua llamada Landevenec situada en Cornouaille, que un noble llamado Fracanus, primo de Cathonus, uno de los reyes de la isla de Bretaña, hombre según el siglo muy renombrado, vino a Ceste Armoricque, así como el otros bretones de dicha isla con dos hijos Géminis llaman Guéthenoc & Jacques & su madre que fue apodada Blanche Trimamme, porque tenía tres pechos según el número de sus hijos, porque el dicho Guéthenoc & Jacques tenía una hermana carnal que no era no contados entre los dichos niños, porque varios autores no tienen la costumbre de poner en sus escritos el catálogo de mujeres.
Si este Fracanus se aplicó con su familia a un puerto llamado Brachet, y explorando y buscando la tierra armórica, encontró un gran fondo y un territorio amplio, rodeado por todos lados de arbustos y bosques, que luego [por] dijo Fracanus su inventor llamado Goetlo , por la inundación de un río que fluye allí, que propiamente se llama Sang en gálico y en bretón Goet, y significa Goetlo, lugar de sangre, donde vivió Fracanus, y le nació el antes llamado Guingalreus, y que era un hombre de abstinencia muy maravillosa, y de vida muy santa y probada.
Y dice la dicha historia, que entre estas cosas la fama de él volando por la región le llegó al rey Grallons, que entonces ostentaba el cetro de la parte occidental de Gaulle, y estaba sometido aquel gran reino, y si era moderador de la Corisopitenses: por qué tuvo codicia de verlo, y vino temeroso e inclinado a adorarlo, preguntando qué dones quería de él, y que tenía gran abundancia de castillos; y poder de las cosas, gran espacio de tierra, y abundancia de oro y plata, de vestiduras y otros dones: que cuando él se los hubiere dado quedarían libres y libres, porque nadie tiene poder para obligar a los dones del príncipe .
Todo lo cual rechazó el dicho hombre santo Guingalreus, y elevando al rey por la destreza le dio un sermón de humildad, exhortándolo a huir de las riquezas y las pompas de la edad variable. Por cuyo sermón fue desde entonces más bondadoso, y recto y justo en su reino: hasta que despreció las lubricidades de este mundo fluctuante, y ascendió al cielo. Sin embargo, Grallons confirió a Guingalreus las tierras que un noble de gran poder llamado Riocus le dio para fundar una ermita, y desde entonces las amplió a grandes posesiones. Y también fundó otra en Alethense, donde Jacques hermano del dicho Guingalrus llevó una vida solitaria, según consta en los escritos de aquella Iglesia.
Y desde entonces estas dos ermitas se han erigido como abadías de la Orden de San Benito, de las cuales la situada en Cornualles, como se ha dicho, se llama Landevenec, y la otra la Alethense Saint Jacut, por el nombre del dicho Jacques. quien lo habitó por primera vez.
Así vacca y oía aquel rey servir a Dios, y honrar a la Iglesia, y dotar a sus ministros, porque en sus días tenía paz con los galos. Y también en su tiempo mantuvo concordantemente en unión la gran Bretaña y la Bretaña Armoricana, como la madre y la hija. Pero, sin embargo, reinó santo, si fue valiente y valiente en las armas, y defendió virtuosamente su reino contra los que lo asaltaron.
De lo que relata la dicha Crónica de Landevenec, que se enriqueció con los despojos que osta de los normandos: no de los de Neustria, que aún no se llamaban así: sino de los piratas de Noruega, que vinieron por mar bajan a Armoricque. Porque según esta Crónica, postró a esta raza bárbara, poderosa, enemiga, y occista y cortó a cinco duques de su raza con sus compañías a orillas del río Loira.