Esta es la historia de la Vista do Rei. Se dice que había una vez una encantadora joven princesa de ojos azules que vivía en un gran reino, donde hoy se encuentra el pueblo de Sete Cidades. La princesa vivía una vida sencilla en el campo, y le encantaba. Solía buscar flores, dar un paseo o simplemente admirar la belleza de las montañas circundantes.
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PalancaVista do Rei
Un día, mientras caminaba, la joven princesa pasó junto a un rebaño de ovejas en un prado. Un apuesto pastor de ojos verdes cuidaba el rebaño. La princesa se detuvo y comenzó a hablar con el pastor. Hablaron sobre la naturaleza que los rodeaba, los animales y las flores. ¡Y no se detiene ahí!
A partir de ese momento, la Princesa buscaba todos los días un pastor en el mismo lugar, y pasaban largas horas conversando. Obviamente, se enamoraron, prometiéndose que se amarían para siempre. Sin embargo, cuando el rey se enteró de que su preciosa hija se había encontrado con el pastor, se enojó. Se suponía que la princesa se casaría con un príncipe de un reino vecino, no con un pastor que conoció por casualidad.
¡La pobre niña nunca más pudo ver a su pastor! Solo por respeto a su padre, la princesa aceptó esta cruel decisión, pero convenció al padre para que la dejara verlo una vez más, una última vez, para poder despedirse. Así se volvieron a ver, en esos mismos campos verdes donde se habían visto la primera vez. Una vez más hablaron durante horas, esta vez no solo de su amor, sino también del hecho de que no podían estar juntos.
Mientras hablaban, lloraban. Las lágrimas derramadas por la niña de ojos azules fluyeron por el valle y formaron un lago azul. Las lágrimas que brotaron de los ojos verdes del pastor formaron un lago verde. Si estaban separados, al menos los lagos permanecían juntos para siempre.