Shahmeran

Un día el sultán enfermó. Los médicos le dijeron que el único remedio era la carne de Shahmeran. Así que convocaron a todos los hombres del país y los examinaron para ver cuál de ellos tenía escamas en la espalda, prueba de que había conocido a Shahmeran. Entonces Cansab fue reconocido: al principio se negó a decir dónde estaba la guarida de Shahmeran, pero, bajo tortura, pronto tuvo que confesar.

Shahmeran fue encontrada y llevada al palacio, donde fue cortada y alimentada al Sultán y Cansab. Después de la muerte de Şahmeran, Camsab se puso de luto pero permaneció inconsolable. Sintiéndose culpable por el destino que le había sido reservado a la Reina de las Serpientes, Şahmaran, decidió ir a la cueva donde la había conocido para pedirle al pueblo serpiente que lo castigara.

En la entrada de la cueva, Camsab se encontró con La Vieja Serpiente y le explicó su intención, pero el sabio le pidió que desistiera: “Si la gente de las serpientes se entera de la muerte de Şahmeran, será el fin de la humanidad. Ni tú ni yo pudimos detener a las serpientes, saldrían de la cueva y harían la guerra a los humanos hasta que llegara su fin. Camsab luego accedió a permanecer en silencio y se fue a saludar a las serpientes. Pero antes de reanudar su viaje, la sabia serpiente antigua le susurró: “Şahmeran se sacrificó por ti, su alma, su poder curativo y su conocimiento estarán en ti.

Anda, anda por los caminos, toda la naturaleza, las flores, los arbustos, las plantas, hasta la hierba más pequeña te ayudarán y te darán sus secretos. Devolverás estos secretos a los hombres curándolos. ". Se convirtió en Lokman Hekim, (hekim significa médico), Camsab salió a los caminos para traer curación y, desde ese día, dos serpientes son el símbolo de la farmacia y la medicina.