Historia de los pueblos escitas

Dentro del vasto grupo de habla iraní que lleva su nombre genérico, los escitas en sentido estricto son las personas más conocidas y las mejor documentadas por la historia y la arqueología. Por lo tanto, estaremos satisfechos aquí con las pocas indicaciones necesarias sobre nuestro tema.

Escitas

Los escitas

Que les cimerios aient été expulsés comme le prétend Hérodote, ou.qu’il y ait eu un simple changement de tribus dominantes au sein d’un même conti­nuum nomade, les Scythes dominent la steppe pontique à partir du VIIIe ou du début du VIIe siècle av. J.-C. Leur onomastique est nettement iraní, et les « véritables » Scythes no­mades sont indiscutablement iranophones, même si d’autres ethnies partagent leur mode de vie ou se trouvent soumises à leur pouvoir (on l’a supposé à pro­pos des ancêtres des Eslavos).

L’existence nomade, pastorale et guerrière des Scythes sera aussi celle de leurs successeurs sarmates et alains. Le costume du cavalier, une partie de son équipement et de ses tactiques, certains objets de la vie quotidienne subsisteront sans grand changement jusqu’au Moyen Age et même plus tard (ainsi les pe­tites tables-trépieds encore employées par les Osetios sous le nom de fyng).

Esta continuidad también existe en las estructuras sociales, creencias religiosas y expresión artística a través de los sucesivos estilos animales del “arte estepar”. Los datos arqueológicos actuales nos permiten romper con la imagen simplista de nómadas primitivos que a veces se da a los escitas y sus sucesores.

El nomadismo pastoral no es un signo de atraso, sino una economía compleja que no excluye ni los intercambios con poblaciones sedentarias vecinas, ni la existencia de establecimientos fijos (invernada). Los escitas tardíos, y después de ellos los sármatas y los alanos, manifestaron una gran aptitud para el sedentarismo e incluso para la vida urbana, por elección o (más a menudo) bajo la presión de las circunstancias.

En muchos aspectos en los que es posible la comparación, las capacidades técnicas de los escitas coinciden con las de sus vecinos sedentarios, incluso en campos inesperados como la arquitectura. Los grandes "kurgan" o túmulos funerarios de los escitas y pueblos afines, lejos de ser simples montones de tierra, incluyen estructuras elaboradas: bóvedas de piedra con voladizos, marcos, pozos y galerías de varias decenas de metros (el montículo en sí, entre los escitas, puede tener más de 20 m de altura y 300 m de diámetro).

El famoso "oro de los escitas", pero también los objetos de materiales perecederos descubiertos en los "kurganes helados" de Altai, permiten imaginar el lujo de que disfrutan las aristocracias tribales y la relativa comodidad de la vida cotidiana.

La première est le rapprochement qui s’effectue sur les côtes de la mer Noire entre la culture scythe et celle des colons griegos. Sa traduction la plus connue est l’admirable art décoratif mixte du IVe siècle av. J.-C., mais il faut surtout en re­tenir cette intimité ancienne entre hellénisme et « ’scythigme ». La seconde est l’iranisation – plus précisément la « scythisation » – du Cau­case septentrional et même central, dès les Vile-Vie siècles av. J.-C. On ren, contre des éléments de culture scythe jusque sur le versant sud du Grand Cau­case (nécropole de Tli).

La arqueología distingue en el Cáucaso monumentos propiamente escita, otros mixtos (coexistencia de ritos funerarios escita e indígena, como en Narban cerca de Naltchik), otros aún atribuibles a nativos fuertemente influenciados por la cultura escita. Si ha habido, según el caso, dominación permanente, simples incursiones, simbiosis o fusión, las influencias recíprocas son evidentes, por ejemplo en el arte animal.

Au milieu du Ier millénaire avant notre Ere, les Scythes d’Ukraine et du Cau­case ne sont que la partie la plus occidentale d’un grand ensemble « scythique », iranophone et nomade, qui occupe les steppes entre Don et Oural, et de vastes territoires en Sibérie et en Asie centrale. On localise à l’est du Don les Sauromates, qui représentent au moins une par­tie des ancêtres des futurs Sarmates.

A l’est de la Caspienne et jusqu’à l’Amou­Darya, les Massagètes et les Saces se trouvent au contact de la persa achéménide. Cyrus le Grand aurait péri en combattant les premiers, et l’on connaît plusieurs représentations persas des seconds (tributaires figurés à Persépolis, relief du roi Skunkha à Béhistoun).

Todas estas poblaciones relacionadas provienen de la civilización de Andronovo (siglos XVII-IX aC). Sus vínculos con los escitas occidentales son bien conocidos en la antigüedad: Herodoto informa que los sauromata hablan una forma "corrupta" del idioma de los escitas, y las inscripciones persas dan a los escitas y a los sacios el mismo nombre de Sakâ.

Debe enfatizarse a partir de ahora -y esto es cierto para períodos posteriores- que lo que las fuentes antiguas nos presentan como "pueblos" son en realidad más bien confederaciones al estilo nómada, unidas en torno a tribus dominantes, susceptibles de disolverse y recomponerse rápidamente. . Sus nombres no se corresponden necesariamente con las distinciones dialectales que deben haber existido entre los diferentes dialectos “escitas” (iraníes del este), ni con culturas arqueológicas bien individualizadas.

Les nomenclatures Griego et perse ne coïncident d’ailleurs pas exactement : là où Hérodote parle de Scythes, Sauromates, Massagètes, et autres « peuples », les Perses ne connaissent que des Sakâ différenciés par de simples surnoms. Les inscriptions de Darius évoquent ainsi les Salai tyaiy Paradraya « d’au-delà de la mer », les Sakâ tigrakhaudâ « au bonnet pointu », et les Sakâ haumavargâ (« faiseurs » ou « adorateurs du haoma (la boisson sacrée des Aryas) », ou encore « loups du haoma » ?).

Se discute la ubicación de estos diferentes grupos. Los Sakâ tyaiy Paradraya son quizás los escitas de Ucrania; las otras dos variedades representarían a Saces of Asia. El Haumavargâ parece corresponder a los “Amyrgetes” citados por Herodoto junto con los bactrianos, y el Tigrakhaudâ a sus “Orthokorybantes”.

La relativa unidad lingüística y cultural de estas poblaciones no va acompañada de solidaridad política alguna, y las tribus se ven agitadas por frecuentes movimientos migratorios por guerras o por la modificación de las condiciones ecológicas. Estos movimientos pueden reverberar gradualmente a través de este mundo nómada muy fluido.