Érase una vez, un hombre y su esposa comían besugo. Este cuento se llama Besugo y Cónyuges.
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PalancaEl besugo y los maridos
Por la tarde, aprovechando la ausencia de su esposo que estaba trabajando en la montaña, la esposa asó el pescado a la parrilla y lo devoró. Hacia la tarde, el hombre volvió a bajar y llegó a su casa donde su compañero glotón le dijo:
- ¡Mi pobre Pierre, Dios sabe lo que nos volverá a pasar! Mientras desenganchaba el besugo del clavo, este descarado se me escapó de las manos y escapó al arroyo.
Ante estas palabras, el hombre agarró un palo y comenzó a hurgar en todos los rincones de la casa. Sus esfuerzos fueron inútiles.
Al día siguiente, de camino a casa, pasó frente al puesto de un pescadero que le presentó un besugo bastante similar a su supuesta comida. Murmuró "Te tengo, bribón", lo agarró y lo llevó a casa. El comerciante comenzó a perseguir a Pierre, gritándole e insultándolo. Todos los habitantes de la calle se retorcían de risa… Para calmar las cosas, un señor pagó el pescado al comerciante.
Una vez en casa, Pierre empezó a preparar la comida con mucho esmero. Puso el pescado en una olla grande llena de agua, la puso al fuego y se sentó frente al hogar, el palo en la mano para asegurarse de que el pescado no se escapara de nuevo.
Pronto el agua comenzó a hervir. Pierre, creyendo que el pez estaba tratando de escapar de nuevo, dio furiosos golpes con su palo en la olla que se rompió en mil pedazos.
La fea esposa volvió a ser la causante de esta nueva desgracia.