Papa San Lin

San Lin fue el segundo Papa de la historia. Vivía en el caserío de Cabrils, actualmente anexo a Talau, parroquia de Ayguatebia. Un día, cuando estaba arando, llegaron embajadores de Roma para anunciarle que estaba designado para ser el sucesor del pontífice reinante, que estaba gravemente enfermo. - “No creeré en tu misión, dice San Lin, hasta que este espolón esté cubierto de flores y frutos. Instantáneamente el aguijón se cubrió de flores y frutos.

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Él continuó. “Solo creeré en tu misión si salgo del lugar y toco un manantial de agua clara, viva y fresca. Instantáneamente brotó el manantial. Convencido esta vez, llevó sus bueyes a la finca, se despidió de su madre (que vivía en Marcevol) y siguió a los embajadores romanos.

De hecho, fue elegido Papa. Su madre vino a Roma a verlo. Como os podéis imaginar, iba vestida como las campesinas de Conflent, corpiño de terciopelo negro, falda de lana basta, cofia catalán, zapato grueso. Los cortesanos le hicieron ponerse un soberbio traje, a la manera de las damas romanas. Lin recibió a su madre y dijo: “No reconozco a esta mujer; quitémosle esta vanidad que le sienta tan mal. Así se hizo, y unos instantes después el Papa estaba en los brazos de su madre, a quien besó cariñosamente.

Para ser un poco más coherente con la historia, cabe señalar que San Lin, el segundo Papa, fue el sucesor de San Pedro, durante la Ier siglo. Un tiempo durante el cual, por supuesto, el cristianismo no había llegado a Ayguatebia. (Tomará 8 siglos llegar allí) Además, todavía no existía ningún pueblo catalán. Este leyenda es una amalgama con una historia real: Ayguatebia es la cuna de San Ermengol, a quien se invoca contra la sequía. Este ilustre personaje, que vivió durante el siglo X, fue obispo de Urgell.