En la montaña de Aralar (Navarra) hay una cueva. En esto vivía Herensuge que, cuando sintió que venía el hambre, descendió a los pueblos y provocó masacres entre la gente. Es por eso que la gente de los alrededores decidió enviar o entregar al dragón una persona por día, designada por sorteo.
Contenido
PalancaHerensuge
Un día, el destino cayó sobre una joven. Así que fue a la entrada de la cueva esperando al monstruo.
En aquellos tiempos el caballero de Goñi vagaba por las montañas. Hizo penitencia hasta que se le rompieron los grilletes de hierro, los zapatos y una gran cadena de hierro que colgaba de su cinturón. El diablo se le apareció disfrazado de noble caballero, le dijo que si quería romper su grillete y su cadena, tenía que frotarlos contra sus propios excrementos.
Hizo lo que le dijo el diablo y sus herraduras se rompieron, pero no la cadena. El pobre caballero no podía caminar como solía hacerlo ahora que estaba descalzo. No le quedaba ninguna esperanza de poder romper su cadena en cualquier momento.
Un día estaba pasando por el Golfo del Dragón. Fue allí donde vio a la joven. Le preguntó a ella:
" Qué estás haciendo aquí ? ".
La niña se dirigió a él y le contó lo que estaba pasando. Entonces el caballero envió a la niña a casa y comenzó a esperar la llegada del propio monstruo.
Con eso, el dragón salió del abismo y mordió la cadena que le sostenía el penitente y, tragándola, atrajo hacia él al caballero de Goñi.
En una postura tan peligrosa, se dirige a San Miguel gritando:
"San Miguel ayúdame".
Se dice que en el cielo se escuchó una voz que decía:
"San Miguel, te estamos llamando desde todo el mundo".
“Señor, no me iría sin ti” respondió el Arcángel San Miguel y descendió al monte Aralar, llevando a Dios sobre su cabeza. Con su espada afilada cortó el cuello del dragón y al mismo tiempo, la cadena del caballero de Goñi.
Así terminó definitivamente su penitencia.