Esta es la historia de la bruja de Anboto.
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PalancaLa bruja de Anboto
Se cuenta que, deseando descendencia, una mujer noble, después de varios años de matrimonio sin haber tenido un hijo, pasaba su tiempo en la iglesia implorando a todos los santos del cielo que fuera madre de una hija. Se dice que por su determinación de dar a luz a una niña, gastó buena parte de su fortuna en ofrendas y donaciones a la iglesia con el fin de obtener la gracia de Dios.
También se dice que, por las mismas razones, rezaba constantemente a la virgen rebosante de fervor. Pero, también se dice que, cansada de no ser escuchada en sus oraciones por estas famosas deidades, un día abandonó el templo, llena de ira, se plantó en medio del pórtico y, alzando al máximo la voz para que todos podían oírla oír, vociferaba en su delirio:
– ¡Ni Dios ni la virgen ni los santos del cielo escuchan mi pedido, llamo al diablo para pedirle una niña, para que se la lleve en su vigésimo cumpleaños!
Cuando le oímos decir tal cosa, nos santiguamos a toda prisa, considerándolo unos una blasfemia, otros consternados de oír que tal tontería se debía al origen de su desgracia.
Mejor, los vecinos de la señora se escandalizaron y sorprendieron, dominados por cierto susto cuando poco después anunció que estaba embarazada. Car, en effet, on dit que cette femme si désireuse fut enceinte et que la grossesse fut normale durant laquelle elle n'eut aucun contretemps, ni la moindre indisposition où maladie et qu'elle mis au monde une belle petite fille, souriante, aux cabellos rubios.
Pero, un día, viéndola tan linda y a pesar de la felicidad de ser madre y sobre todo recordando con profunda preocupación estas célebres palabras dichas al diablo, decidió hacer algo para proteger a su hija.
¿Qué hizo esta madre? Se dice que no tuvo otra idea que la de mandar hacer una urna de cristal, poner en ella al niño y pasarse horas contemplándola. Así, día tras día, semana tras semana, mes tras mes, durante veinte años. Y no otro día. El día de su 20 cumpleaños y ante la impotencia, el dolor y la desesperación de esta madre, apareció el diablo, rompió la urna con un estruendo ensordecedor, agarró a la niña por los cabellos y se la llevó por los aires sin que nadie absolutamente nadie pudiera detenerlo.
Se dice que el diablo llevó a la joven a la cima del Anboto, a una cueva donde luego fue vista. Se dice que esta caverna es la espectacular Sorginkoba (Cueva de las Brujas), accesible por escaladores experimentados y mirando hacia el desfiladero de Arrazola. Se dice que la bruja en cuestión no es otra que la Dama o Bruja de Anboto, a la que a veces se ve sentada en la entrada, peinando su hermosa cabellera dorada con un peine de oro. Se dice que a veces, convertida en bola de fuego, cruza el firmamento hacia los territorios costeros de Gipuzkoa y cuando esto sucedía era señal de mal tiempo.
Por supuesto también se dice que en realidad, la historia de la mujer que desea dar a luz a una hija y la urna es una bonita historia. Lo que realmente sucedió fue que la madre enojada maldijo a su hija de la siguiente manera:
"Ojalá vueles por los aires tantos años como semillas de judías rojas contenidas en un fanegium" (medida de capacidad: 55,5 litros).
Desde entonces la niña pasó siete años en Superlaur y otros siete en Anboto siguiendo un poderoso encantamiento.